LA INVASION DE LOS ALIENS MICROSCOPICOS


Historia escrita por - Martin González

Hola me llamo Martin, aunque mi nombre es relevante. Os voy a contar una historia, la cual dejare que ustedes piensen si es verdadera o falsa…

Yo me crie en un pueblito llamado Arrieta, solía salir de aventuras con mis primos,  yo mi hermano Jacob y mis dos primos Aco y David y nos creamos un grupo llamado “comando-soft” en esa época tendría yo unos 12 años…

Mi pueblo es un pueblo costero que esta junto al mar, las casas se fueron construyendo, bordeando la marea, antiguamente era un pueblo donde todos los habitantes se dedicaban a la pesca, bueno aún siguen dedicándose a la pesca.

La primera aventura que hicimos fue a unos riscos, están al terminar una playa llamada la garita, y fue donde todo comenzó a resultarme extraño.

Recuerdo el día anterior David mi primo que era el jefe y que siempre nos metía en líos, nos reunimos en su casa, David vivía en la ciudad de Arrecife que estaba a 25 kilómetros y solía venir los fines de semanas con su madre, al pueblo de Arrieta. Siempre hacíamos cosas, nos metíamos en casas abandonadas de noche, jugábamos al escondite, en fin juegos de niños. Ese día decidió, que por la mañana temprano, preparáramos las cosas y fuéramos a investigar los riscos. Toda esa obsesión fue por que escucho hablar a su padre de que vieron unos muñecos con los que se hacían vudú antiguamente. El padre solía ir a pescar con el mío a los riscos, estaba como a 10 kilómetros del pueblo.

Por la mañana temprano, mi madre no le gustaba que fuera a ciertos sitios, y menos aún a unos riscos, donde está lleno de rocas y un resbalón que te dieras podrías hacerte muchísimo daño. Le dijimos que íbamos a la montaña y llegaríamos por la tarde.

Desperté a mi hermano Jacob y mientras él se preparaba  fui a casa de mis primos que su casa estaba pegada a la mía.  Aco mi otro primo estaba preparando las pistolas, las escondía el en su casa, porque su abuela tenía un garaje y pues tenía un buen escondite. Teníamos  4 pistolas de aire comprimido, era por precaución por si nos salía algún perro peligroso, a algún otro peligro.

Después de un rato con ellos, revisamos que tuviéramos todo lo necesario, cuerdas agua, todo lo necesario para una aventura. Mi primo Aco era muy organizado y tenía una lista que revisábamos siempre antes de salir, todo muy profesional.

Nos despedimos de la familia, y empezábamos la aventura, a mitad de camino Jacob mi hermano se resbalo y  se desparramaron por el suelo unos hierros que eran la base de las tiendas de campaña, era el que más peso llevaba, y se cabreo negándose a cargar con todos los trastos, entonces al estar a medio camino, ya faltaba 4 kilómetros para llegar a la playa donde estaba el risco, lo escondimos bajo un árbol, no teníamos problemas de que nos lo robaran, porque por esa zona no solía pasar gente. Y aparte no necesitaríamos la tienda de campaña ya que son todo acantilados de piedra.

Por fin lleguemos a la playa, y descansemos unos minutos, la marea estaba bajando y es importante porque si sube la marea,  y nos pilla dentro, nos podríamos quedar atrapados.

Nos fuimos adentrando por los riscos, y a mitad de camino, vimos 2 muñecos de vudú, pero eran extraños eran completamente rojos, del color rojo sangre, eran como robots de madera y estaban encima de una roca, la roca era completamente cuadrada, muy raro ya me empezó a parecer todo. Aco David y Jacob estuvieron bromeando, como hablando con los muñecos, hasta que como siempre mí primo David le empezó a tirar piedras, y quería romperlos.

Una de las piedras que tiro le dio al muñeco, y le rompió la cabeza, y en ese momento empezaron a salir de la cabeza del muñeco, como polvo, como si fuera una bomba de humo, pero en polvo. Mis dos primos y mi hermano empezaron a toser, yo rápidamente moje un pañuelo que tenía y me tape la boca y nariz para no respirar ese polvo. Mis primos y mi hermano se empezaron a sentirse cansados, decían ese polvo debe estar contaminado o algo y simplemente se quedaron sentados con los ojos abiertos y mirando a los muñecos. Yo les gritaba que nos fuéramos que se levantaran, que teníamos que volver, por que la marea estaba empezando a subir y corríamos el riesgo de quedarnos atrapados.

Ellos no me hablaban solo se quedaron sentados mirando los muñecos, entonces cuando los muñecos dejaron de soltar ese polvo, me acerque y los tire al mar. Pero nada, mis primos y mi hermanos seguían sentados y mirando a la roca cuadrada donde estaban los muñecos. Me acerque a mi hermano y le agarre fuerte por los brazos y moviéndole bruscamente, y fue cuando, de repente empezaron a decir, que hay una especie de grieta detrás de la roca, y decían que teníamos que entrar. La verdad no recuerdo ver esa grieta, quizás me concentraría mirando a los muñecos, de todas formas era una grieta muy fina imposible entrar por ella. Estaba buscando en la mochila una linterna para ver mejor de que se trataba, cuando David se sienta encima de la roca cuadrada, y se oyó un ruido como si se cayera una cadena, y la grieta se abrió más.



Yo no quería entrar en esa grieta, quería volver a casa y contárselo a mis padres, pero la marea subió muy deprisa y era imposible poder volver. Nos quedemos allí sentados porque esa zona era la más segura porque si subiera el agua mucho más, podríamos meternos en la grieta. Mis primos y mi hermano allí sentados empezamos a sacar conclusiones y dijeron que seguramente sería gases que usaban en la guerra, y los escondían en esos muñecos. Yo no pensaba con claridad, todo aquello me daba escalofríos, y ellos estaban muy, notaba que hablaban entre ellos cosas para que yo no les oyese, y todo me empezaba a resultar extraño.

La marea empezó a subir mucho más, el mar estaba picado y decidimos entrar en la grieta. Al entrar en la grieta se notaba un olor imposible describir,  eran unas especies de escaleras de piedra que se adentraban dentro de la montaña del acantilado, al llegar a la parte final de las escaleras vimos que volvían a bajar, y al mirar por las escaleras abajo hacia el final vimos que salía una luz muy fuerte, como si miramos al sol así de fuerte. Yo les decía que no siguiéramos que volviésemos, pero me di cuenta que no podían oírme, y yo al hablar tampoco, me podía oír, todo se quedó en silencio, yo chillaba pero todo estaba en absoluto silencio. De repente las escaleras se juntaron creándose una rampa donde todos empecemos a caer hacia esa luz de repente de la luz una voz muy ronca demoniaca y fuerte me dijo. ¡Tu no!, ¡Tu no!, ¡Tu no!, ¡Tu no!

Desperté de repente en mi cama, Me sentía muy aliviado pues todo fue un sueño. Mi madre entro en el cuarto diciéndome que me diera prisa que perdería el autobús de la escuela. Y le dije que se equivoca que era sábado, ella se rio y diciéndome. Tú lo que no quieres ir a la escuela... Me quede en estado de shok, no podía ordenar los pensamientos, no entendía que paso ¿fue todo un sueño?

CONTINUARA…



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