La muñeca fea


 Lolita era la niña más humilde del barrio, cuando se reunía con todas las demás a jugar ellas se burlaban de su muñeca, ya que estaba sucia, vieja y andrajosa, hasta la apodaron “La muñeca fea“. Por fortuna los insultos siempre se dirigían al juguete y no tenían nada que ver con la niña, así que pasaban largas horas juntas.


Un día la madre de Lolita se dio cuenta de cómo se expresaban sus compañeras de juego de la muñeca y quiso comprarle una nueva, pero sin pensarlo, la niña se negó. Ella estaba muy contenta con la que tenía, había sido su compañera por muchos años, y la seguía viendo tan hermosa como el primer día. Enteradas de eso, el resto de las niñas intensificaron sus insultos, enumeraron cada uno de los defectos de la pobre muñequita, hasta que hicieron llorar a Lolita, quien se fue corriendo.
En la soledad de su habitación, la niña consolaba a su compañera de juegos, le prometía jamás cambiarla por nada ni por nadie, y aseguraba que la defendería siempre de insultos como los que habían pasado. Así pasaron las horas, hasta que la pequeña se quedó dormida.
Al despertar, la siguiente mañana, la muñeca ya no estaba en los brazos de Lolita,

La mancha en el muro




 Todos en la familia estaban sorprendidos con la visita de Enzo, pues desde que se independizó, pasaban demasiados días para disfrutar de su compañía, cuando dijo que se quedaría algunos días, fue difícil creerlo. También resultaba raro que no trajera consigo algunas de sus pertenecías, ni siquiera una moda de ropa. Aun así, lo recibieron con una sonrisa.

Al paso de los días, notaron algo raro en su actitud, él se veía mal, descuidaba su aspecto, además no comía ni dormía bien, solo se encerraba en una habitación y estaba tan nervioso que su propia respiración lo asustaba. Por más que insistieron en saber el motivo de su desesperación, se mantenía en silencio, y se marchaba comiéndose las uñas.
Decididos a averiguar lo que le sucedía aunque no fuese de su propia boca, dos de sus hermanos fueron a su apartamento, para buscar algún indicio de su estado de ánimo. Apenas entraron, vieron que el lugar era todo un desastre, los muebles estaban apilados en las esquinas, y las paredes llenas de machas negras semejantes al moho, quisieron explorar más, pero un fétido olor que venía de todas partes les obligó a salir corriendo de ahí.

Volvieron a casa cuestionándolo por lo que vieron, entonces les dijo que todo empezó con ruidos en el apartamento de arriba, después apareció una pequeña mancha en la esquina de su habitación, y un día mientras se rasuraba frente al espejo, vio que la suciedad se expandía a marcha acelerada, antes de que pudiese voltear su cabeza, en el reflejo presenció todo; el pálido rostro de una jovencita emergía de aquella negrura, cargaba en en él dolor y sufrimiento, y en la cuenca de sus ojos, no había otra cosa que oscuridad. Cuando miraba fijamente, ni siquiera la notaba, pero sabía que ella estaba ahí por ese fétido olor que ya no se marchó.

El salón de Arcadias


En el mundo de los videojuegos, el término de Arcadia se encuentra asociado a aquellas grandes máquinas que eran instaladas en comercios de distinta índole y que servían como un modo de entretenimiento alternativo al de los juegos clásicos.


Muchas personas vieron el potencial de las famosas “maquinitas”, dado que se necesitaba poco mantenimiento y los beneficios eran bastantes, debido a que el jugador debía depositar una cierta cantidad de dinero para continuar su partida.


Sin embargo, con el arribo de las consolas caseras, estos locales fueron desapareciendo gradualmente.


Justamente Ismael era un hombre que se resistía a dejar morir su salón de Arcadias creando promociones y descuentos para su clientela.


Por ejemplo, los lunes por únicamente $50, el jugador tenía derecho a fichas limitadas por un periodo de una hora. Los martes los refrescos se encontraban al 2 × 1 etcétera.


- Maldición, si esto sigue así, tendré que traspasar el negocio. Cavilaba Ismael.

Una tarde, llegó una simpática mujer y dirigiéndose hacia el mostrador le dijo:


- Hola, quería jugar con su máquina de Pinball, más me di cuenta de que está averiada.


- Sí, no he tenido tiempo de mandarla a arreglar. ¿Le apetece jugar otra cosa? Replicó Ismael.


- No, lo cierto es que venía a mostrarle mi catálogo de juegos, pero quise revivir mi infancia. 

Dijo la chica.


- ¿Cómo de este tipo son?


- Tengo de todos: Desde títulos deportivos hasta aquellos que tienen sus headsets para gaming, en los que la realidad virtual es el elemento principal.


- Mire, déjeme su número telefónico y luego de consultarlo con mi socio le llamo. ¿Está bien?


- De acuerdo. Sin embargo, quisiera dejarle un demo de un juego que está buenísimo. Se llama “El extractor de esencias”. Estoy convencida de que le gustará.


La mujer salió del establecimiento, dejando sobre el mostrador una consola portátil con el cartucho insertado.


Ismael, quien además era un video jugador experto, encendió el artefacto y jugó hasta que se hizo de noche.


Al apagar el aparato una luz fuerte de dio la cara,

La Mascota del Diablo


 15/08/2006


Esto sucedió en los Llanos de Guarico, en unas fincas cerca de un pueblo que se llama Valle de la Pascua; era un viernes de agosto y en esa finca (no sé cómo se llama) iban a grabar cómo cazar a un chiguires (rata gigante como del tamaño de un cerdo). Eran como las 11:00 PM , y estaban desilusionados porque no habían grabado nada y estaban gastando mucha cinta y estaban por irse cuando el campesino que iba a cazar -llamemosle Jesús- le pidió al camarógrafo (él grababa) que se quedaran una hora más, y que si no cazaba nada se irían.

Pasó una media hora y de repente por el monte se empezó a mover una sombra negra que se acerca cada vez más a los dos hombres. A Jesús le entra un ataque de pánico y se da cuenta que el cobarde del camarógrafo se había ido corriendo. Jesús no se quedó atrás y salió corriendo pero tropezó con una piedra que salió de la nada y en la caída se rompió una pierna, se quitó la carne del brazo (se lo raspó por completo) y se rompió la frente, cosa que causó que sangrara.

El camarógrafo se quedó paralizado sin darse cuenta de que estaba grabando. Jesús, que estaba tirado en el piso, sintió que en su cara le estaban pasando la lengua, una lengua áspera que le lamía la sangre, como probándola, y un aliento pestilente en su cara. Luego siente un gran dolor y el camarógrafo suelta un grito de horror, y es que el extraño ser se revela en forma de perro con cuerpo de pastor alemán gigante y cara de lobo.

Acto seguido el perro empieza a deborar al campesino (Jesús) mientras que el camarógrafo pide ayuda y como la finca estaba cerca sus gritos se escucharon hasta en la casa. Luego de la casa sale un obrero; era hermano de Jesús. Fue a su rescate pero era demasiado tarde, Jesús ya había sido descuartizado por la bestia quien después se avalanzó encima del hermano de Jesús, el cual también fue comido por la bestia.
El camarógrafo, como único sobreviviente por ahora, se fue corriendo hacia la casa, cerró la puerta y puso la cámara en una mesa que quedaba enfrente de él, y empezó a autograbarse mientras decía:

Cigarrillos



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 Ve hacia algún baño de alto tráfico. Debe ser un baño donde haya estado mucha gente, o no habrá la suficiente energía latente residual para poder hacer esto. El baño de un hotel es perfecto. Asegúrate que es después de las 00:00, y asegúrate de que lleves dos cigarrillos. 

Entre más fuertes sean los cigarros, más probabilidades de éxito tendrás. Siéntate a obscuras y fúmate uno de los cigarrillos; asegúrate de que haya un espejo y que puedas ver tu reflejo siempre. La cereza del cigarrillo encendido te debe dar la luz suficiente para esto. Cuando te hayas fumado más o menos tres cuartos del cigarrillo, el cuarto deberá estar lleno de humo. Tus ojos probablemente se pondrán llorosos, pero no parpadees. No quites la vista de tu reflejo en el espejo por nada del mundo. Si parpadeas, todo lo que hayas hecho hasta ahora será en vano.
 
 Te darás cuenta de que tu reflejo se desvanecerá en la obscuridad. Sin embargo, la cereza del cigarro se separara en dos ojos rojos. El humo del cuarto se empezara a condensar y antes de que te des cuenta de lo que ha pasado, una figura estará sentada a tu lado. Te pedirá un cigarrillo, dáselo y se encenderá por si sólo en cuanto lo lleve a donde su boca debiera estar. En este momento puedes preguntarle lo que tú quieras, y siempre te dirá la verdad. Puedes preguntarle sobre quién mató a JFK o quién era Jack el destripador. Cualquier cosa que se te ocurra. Asegúrate de estar pendiente de cuánto ha fumado del cigarrillo; cuando esté a punto de acabársele, el humo de tu cigarro empezará a definir más de sus facciones, haciéndolo mas material que etéreo.
 
 En este momento, párate

Ella


Llevaba toda su vida viviendo en esa casa y ella no había regresado. No la había vuelto a ver agazapada debajo del fregadero como antaño, cuando sólo era una niña de once años, pero aún así, le temía. Temía volver a ver a esa criatura en cuclillas, semioculta en un rincón de la cocina, y temía volver a ver aquel rostro surcado de lágrimas sucias que empapaban sus labios, su pecho, su alma...

La primera vez que la vio pensó que era una chiquilla que, castigada quizás, había escapado de la casa vecina. Y se lo preguntó, mas no obtuvo respuesta de parte de la pequeña. Una semana después la miró en el mismo sitio y con las mismas lágrimas a cuestas. Tampoco respondió a su pregunta. Mas la tercera vez la niña balbuceó algo, un nombre quizás, aunque no estaba segura de ello. Lo único elocuente era la mirada de tristeza infinita que sobrecogía su corazón infantil. La última vez que la vio fue durante un sueño. Despertó empapada en sudor y llanto con la imagen congelada de "la pequeña del fregadero", como comenzó a llamarla.

El tiempo pasó, ella hizo su vida. Se casó enamorada -aunque muy joven- y con el tiempo y los quehaceres de una mujer casada y con dos hijos varones, fue olvidando a "la pequeña del fregadero". Nunca más supo de ella... así que dio por hecho que todo había sido obra de su imaginación infantil. Pero el terror que la asaltaba algunas noches y el hecho de que le pareciera escuchar una voz suave y dulce que la llamaba por su nombre desde la cocina, le daban a entender que las cosas eran más complejas de lo que en un principio había supuesto.

Una noche se acostó tarde después de un día arduo. La vida de un ama de casa como ella, con una familia qué atender, no era nada fácil como mucha gente pensaba. El sueño estaba a punto de vencerla cuando un grito proveniente de la cocina la despertó... Se levantó de un salto, su marido dormía profundamente. Fue hacia donde provenía el grito y encontró al más pequeño de sus hijos llorando en medio de la cocina. Le preguntó el motivo de su llanto y él, entre sollozos, le contó que había ido por agua a la cocina y que, al cerrar el refrigerador, había visto a una niña acurrucada bajo el fregadero...

La invadió el terror.

Nunca había hablado con nadie de aquella chiquilla y no creía que todo fuese una simple coincidencia, pero no ocurriéndosele otra cosa qué hacer, intentó consolar al pequeño convenciéndolo (y convenciéndose ella misma) de que todo había sido una pesadilla o una simple "broma" de su imaginación infantil...

¿Quién se atreve?

¿Quién quiere hacer un pacto?

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A medianoche, hora solar, debe dirigirse a un cruce de caminos detrás de un cementerio.



Debe llevar, una flor marchita recogida de una corona de muertos, tierra bendecida, una gota de su sangre y agua de manantial.



Al llegar debe cavar un hoyo en el borde del camino, siempre dando la espalda al cementerio. En el hoyo introducirá la flor, la tierra, la sangre y por último el agua, tapará el agujero y dibujará una estrella de cinco puntas con mi nombre en el medio.



"ASHKARION" 



Entonces debe decir el siguiente conjuro: 

Mi experiencia jugando Libro Rojo


Perdón por el largo de la historia pero es una historia real y si la leen como se debe les aseguro que les dará tanto miedo como a mi cuando la vivi.

Siempre me ha encantado todo lo paranormal. Bueno, esta historia fue de hace aproximadamente un año cuando yo estaba por cumplir 17.

Mi amigos y yo (que llamaremos Roberto y Ana) siempre hemos sido muy unidos, nos gusta juntarnos en casas nosotros 3 a chismear y platicar de cosas paranormales mas que nada, un día nos juntamos en casa de Ana y estábamos muy aburridas, ya que Roberto tenia un examen al día siguiente y no quería hacer nada, yo (como siempre) sugerí hablar de cosas paranormales o jugar algo, en la casa de Ana siempre han asustado y como no teníamos nada a la mano dije: ¿Por qué no jugamos Mishanti? Ana dijo que si y Roberto ni siquiera nos hizo caso. Comenzamos a jugar y a hacer las típicas preguntas que hacen las adolescentes en Mishanti "¿Me quiere?" "¿Le gusto?", cosas así.
 Las cosas comenzaban a tornarse aburridas y de repente Roberto bajó el libro de química que estaba leyendo y dijo: ¿Por qué no se dejan de niñerías y juegan algo así como... libro rojo? (Roberto es una persona que esta muy familiarizada con lo paranormal; lee el tarot, ha jugado ouija y todas las cosas así). Ana y yo nunca habíamos jugado nada de eso y le preguntamos que teníamos que hacer y nos dijo: 
"Consigan un libro rojo y vengan" Estabamos en la terraza de casa de Ana que queda muy separada de la casa, así que fuimos a su casa y buscamos libros rojos, solo encontramos uno de refranes mexicanos y pensamos que ese estaría bien, se lo llevamos a Roberto y lo vio con cara de desaprobación: "Bueno, veremos si eso sirve", comenzamos a jugar Ana y yo y las respuestas eran claras, sin embargo con muchos rodeos ya que un libro de refranes de 15 paginas no te puede ofrecer muchas opciones, Roberto volvió a bajar su libro y nos dijo: "Vayan por un libro de verdad si quieren respuestas de verdad". Ana y yo nos dirigimos a casa de su abuelita que esta en el mismo terreno que la suya, y buscando encontramos un cuarto con libros antiguos, encontré un libro rojo y se lo enseñe, decía "Tesis de _______ sobre las artes" Era la tesis del abuelito de Ana, estaba lleno de palabras y supimos que ese nos serviría, bajamos de nuevo donde estaba Roberto y se lo enseñamos "Vaya, hasta que consiguen algo que vale la pena" tomo el libro entre sus manos y comenzó a orar algo en otro idioma, Ana y yo no nos sorprendimos ya que estamos acostumbradas a que haga ese tipo de cosas, nos lo dio y nos dijo que empezáramos a preguntar.
Me tocó hacer la primer pregunta, y como siempre he sido una cursi en busca del amor pregunte: "¿Voy a tener novio pronto?" El libro respondió con algo así "El amor y la belleza están en los ojos de quien mira, por lo tanto el que más los busca menos los va a encontrar" Se me hizo que respondió bien a mi pregunta así que seguí preguntando, luego de un rato volví a preguntar lo mismo y me respondió "Como se ha mencionado antes hay cosas que no se pueden apresurar, porque si se apresuran se pierde el sentido" Ahí se nos empezó a hacer raro y luego de otro rato pregunté de nuevo a lo que respondió "El hombre es necio y egoísta, busca su beneficio sin importar que el tiempo no sea el indicado" Al leer esa respuesta en voz alta Roberto abrió mucho los ojos y dijo: "Quiero jugar" dejo a un lado su libro de química y preguntó "¿Voy a ser alguien exitoso en el teatro?" El libro respondió "El hombre que se esmera triunfa en las artes", Ana y yo seguimos preguntando y luego Roberto preguntó de nuevo, a lo que el libro respondió: "La persona que ama el arte caminará sobre escenarios luciendo su mas grande talento". Las respuestas comenzaban a ser muy claras, demasiado especificas y Ana y yo nos asustamos, dije: "¿Podemos dejar de jugar ya?" y Roberto me dijo "Tienes que preguntarle al libro" Le pregunte al libro que si podíamos cerrar y dijo "La decisión esta en la persona que la toma" volví a preguntar y dijo "Cuando uno confía en lo que dicen los demás pierde la confianza en si mismo" El punto es que seguíamos preguntando y el libro nos decía en pocas palabras "como quieran". Decidimos cerrarlo y nos venimos los 3 a dormir a mi casa.
Llegamos a mi casa que es estilo mexicano, con el patio en el centro y grandes ventanas que dan hacia este, comenzó a oscurecer y estábamos en el comedor hablando de tonterías, cuando de repente Ana se pone pálida y nos dice "Volteen hacia el patio"

ANITA Y SU ¿AMIGA IMAGINARIA?.



 Esta ocasión quiero contarles el caso de una amiga y su hija. Esto me lo contó ella hace un año apróximadamente.

La historia comienza así, la hija de mi amiga era muy pequeña (unos 3 años más o menos) cuando entró en la famosa etapa del "amigo imaginario" (o al menos eso creían todos) y, como mi amiga esperaba a su segundo bebé y se vio muy afectada en su salud por eso mismo, reconoce que le puso muy poca atención a su hija en esos meses, pues la pasaba siempre en cama y sin salir de la casa. Bien, el asunto es que quien empezó a sospechar que algo "raro" sucedía con la nena fue su abuela, o sea, la mamá de mi amiga, ya que Anita (así le llamaré a la niña) hablaba mucho de una "amiga imaginaria" y se encerraba horas en su recámara a jugar con ella. Pero no sólo eso, sino que siempre que la abuela (al principio siguiéndole la corriente) le pedía a Anita que le presentara a su amiguita, le decía que no, que ya se había ido, que no quería, etc. lo cual era extraño porque cuando Anita salía a algún lado les decía que siempre iba con su amiguita... por eso la abuela no se explicaba por qué a ella no quería presentársela, en fin!! La abuela entonces habló con mi amiga y le dijo que le pusiera más atención a la niña o que la viera un psicólogo porque a lo mejor podía estarle afectando la lejanía de su mamá, el saber que iba a tener un hermanito, etc, el tipo de cosas que puede afectar a una niña pequeña, vaya.

Después de esto, la abuela comenzó a notar otra cosa más extraña, a pocas casas de distancia vivía una hermana de ella a quien la niña quería mucho y viceversa, bien, lo extraño era que desde que la niña tenía a esa "amiguita" ya no quería ir a casa de esa tía. Cuando le preguntaban decía que porque su amiguita no quería ir porque la tía era mala. En una de tantas y tantas la mamá salió de la casa junto con la abuela y la niña y fueron a visitar a la tía en cuestión. Le pidieron que llevara a la "amiguita". La niña dijo que le iba a decir pero al llegar a la casa resultó que la "amiguita" no había ido con ella, pues eso dijo Anita. Platicando con la tía de ese asunto, ella les dijo que iba a ir a su casa a visitarlas un día y que iba a orar por la niña y por esa "amiguita", cabe aclarar que la señora esta es cristiana evangélica. Y bueno, durante esa tarde la niña se comportó normalmente con todas ellas.

A los pocos días la tía llegó a la casa de ellas y le pidieron a Anita que entrara junto con su amiga (pues la niña estaba jugando en el patio). Pero Anita dijo que la amiga no quería. La tía le habló tranquilamente y le dijo: "¿Pero por qué no quiere entrar? Tómala de la mano y tráela". Y la niña contestó: "¡Es que ella no quiere, dice que eres mala y que la vas a lastimar!". Todas se quedaron viendo unas a otras. Y entonces la tía le dijo: "Bien, si ella no quiere entrar, yo voy a salir, dime dónde está". La niña las llevó fuera y entonces la tía comenzó a orar y reprender en el nombre de Jesús a lo que fuera que perturbara a esa niña y entonces la chiquilla empezó a gritar y llorar y a decir: "¡Es que mi amiguita se va a ir! ¡Tía, eres mala con ella, déjala, déjala!" y

La casa abandonada


Mi familia y yo nos hemos mudado a una nueva casa, el alrededor es algo seco y hay poca vegetación, cerca hay una casa de madera abandonada, con solo mirarla se te pone la piel de gallina. El otro día mis padres se fueron a un viaje y me quede solo con mi perro Max, en la noche como a las 3:30 a.m. Max empezó a ladrar a la puerta principal, me levante y lo quite pero empezó a gruñir de nuevo hacia la puerta, de repente sentí un escalofrío pasar por todo mi cuerpo, me quede paralizado, Max empezó a jalarme lejos de la puerta, no supe lo que paso esa noche. La mañana siguiente saque a pasear a Max porque estaba aburrido, pase por la casa de madera, Max empezó a ladrar y me jalaba, mire hacia la casa y sentí que la casa se acercaba más a mí, de repente alguien me jalo.


-No debes estar cerca de esta casa-
-¿Qué fue lo que paso?-
-La casa quería que entraras-
-Gracias por salvarme, ¿Cómo te llamas?-
- Paty ¿tu? -Carlos, él es Max-
-Un gusto Carlos y Max-
-Y dime Paty ¿que tiene esta casa?

Paty me contó que en esa casa vivía una mujer con su novio, eran muy felices juntos, pero su novio murió en un accidente, la mujer se quedó sola y se suicidó. Después de unos meses pasaban cosas raras en todas las casas, se escuchaba las pisadas de aquella mujer, muchas personas que vivían cerca de esa casa se mudaron y los niños que entraban a ver jamás salían, también se dice que la quisieron demoler con una máquina, pero la máquina empezó a fallar.

 Por la noche antes de irme a dormir empecé a buscar a Max pero no lo encontraba, lo empecé a llamar con angustia por que el jamás se separaba de mi lado, luego se me ocurrió buscar en la cochera, vi a Max arrinconado mirando al frente, pero no había nadie, luego sentí como alguien me tomaba del hombro, vi